Intervención de Pilar Garrido en la aprobación del proyecto de ley de modificación del Concierto Económico

Intervención de Pilar Garrido en el pleno del Congreso del 23 de febrero donde se han debatido y aprobado los proyectos de ley de modificación del Concierto Económico con Euskadi y de modificación del Convenio Económico entre el Estado y la Comunidad Foral de Navarra, así como el proyecto de ley por el que se aprueba la metodología de señalamiento del Cupo para el País Vasco para el quinquenio 2022-2026

Gracias presidenta, diputados, diputadas, ministra. En primer lugar, quiero dar la bienvenida también a los representantes del Gobierno vasco y del Gobierno navarro, también a los representantes de las diputaciones forales.

Hoy discutimos un tema que siempre nos lleva a grandes enfrentamientos. Respecto al discurso de la derecha, en este caso de los señores de Vox y de Ciudadanos, que está basado básicamente en la ignorancia, en la profunda ignorancia y en el desconocimiento, solo dar una idea que creo que se ha repetido aquí, pero que hay que hacer hincapié.

El Concierto Económico vasco es también Constitución, señores de VOX y de Ciudadanos. El Concierto Económico, como ustedes saben, deriva de la Disposición Adicional Primera de la Constitución, que ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales y ordena su actualización general en el régimen foral.

Y, por supuesto, el Concierto Económico es la manifestación quizás más genuina de esos derechos históricos.

Con esta brevísima explicación quedaría zanjado el debate, el debate tan ruidoso de las derechas, porque creo que se equivocan, se equivocan cuando atacan y descalifican el régimen especial de Euskadi, de Navarra. Porque también, vuelvo a repetir, el Concierto Económico y el Convenio son parte de la Constitución, son parte esencial del pacto constitucional.

Y hoy su posición y su discurso es contra la Constitución. Es un discurso de malos constitucionalistas porque, como bien decía la ministra, no se puede ser constitucionalistas a ratitos, un día sí y un día no, pero lo que es más preocupante, su discurso, lo que demuestra es que no les gusta nada la España que somos, una España plural y una España de país de países. Eso es lo más grave de su discurso.

Bien, respecto a las normas que hoy debatimos, por un lado está el proyecto ley que fija la metodología, el señalamiento del Cupo en el próximo quinquenio. Como todos sabemos, el Cupo es la aportación que Euskadi hace cada año a las arcas comunes del Estado por las competencias no transferidas al Gobierno autonómico.  Ciertas infraestructuras, aeropuertos, puertos, representación exterior, defensa… Bien, nada que decir y nada que objetar respecto al instrumento, al Cupo.

Quizás sí aprovechar la ocasión para pedir un mayor esfuerzo de transparencia. Creo que es importante una mayor transparencia en relación a cómo se calcula ese Cupo y de la valoración de los servicios que el Estado desarrolla en Euskadi, porque, como ya hemos visto, aquí hay demasiadas leyendas urbanas de la izquierda y de la derecha. Por eso, es necesario sacar el Cupo de los despachos, alejarlo de las negociaciones y de los intereses partidistas y ser capaces de explicarlo a la ciudadanía de una manera clara.

Y creo que con este trabajo y con este esfuerzo se fortalecería la imagen del Concierto Económico y del Convenio, tanto en Euskadi, en Navarra como en el resto del territorio.

Por otro lado, en relación a la modificación del Convenio y del Concierto Económico para poder incorporar los cambios que se han hecho en el sistema tributario del Estado, que tienen que ver con nuevos impuestos: concretamente con el impuesto especial sobre envases de plástico, impuesto sobre el depósito de residuos en vertederos, impuesto sobre gases fluorados de efecto invernadero y el impuesto temporal de solidaridad de las grandes fortunas.

Me quiero detener en este último impuesto, el impuesto a las grandes fortunas, porque junto con otros gravámenes, como el gravamen a la banca o a las empresas energéticas, pone en marcha en el Estado una reforma fiscal que camina por fin hacia un modelo fiscal más justo y más progresivo, donde se les exige a aquellos que han obtenido beneficios extraordinarios, que se cuentan, como sabemos, por miles de millones en estos años de crisis, sean corresponsables con su país y contribuyan a sostener lo público en nuestro estado del bienestar, al igual que hacen siempre y sin rechistar los trabajadores y trabajadoras de este país.

Y en relación a este camino emprendido y, que espero que tenga más hitos, más recorrido y traiga más cambios -y aprovechando también aquí que están representantes del Gobierno vasco y, concretamente el consejero de Hacienda, el señor Azpiazu-, sí quiero decir que me preocupa mucho que Euskadi, teniendo, como sabemos, los instrumentos de autogobierno propios, esa autonomía fiscal y tributaria, pierda el tren de la justicia fiscal.

Me preocupa que seamos vagón de cola y no la locomotora que tiramos de esa nueva fiscalidad más justa y más progresiva. Ya sabemos que no le gusta al Partido Nacionalista Vasco. No le gusta la reforma  iniciada en el Estado español, no le gusta el impuesto a las energéticas, no le gusta el impuesto a la banca, ni tampoco el de grandes fortunas.

Y a los hechos me remito. A través de las enmiendas que introdujo el Partido Nacionalista Vasco, se consiguió reducir casi a la mitad los ingresos que van a venir  por parte de esos impuestos, dejando fuera, por ejemplo, los negocios en el extranjero o también los ingresos del mercado regulado.

Ha sido el PNV especialmente exigente, muy, muy cabezón, para rebajar el impuesto a las energéticas. Ha sido muy, muy generoso con Iberdrola y con Petronor. En el Senado propuso una enmienda que proponía equilibrar pérdidas y ganancias y así Petronor no tenía que pagar ni un duro.

No tenía que pagar nada. A través de esa enmienda en el Senado, Petronor no tenía que pagar nada. En cuanto al impuesto de las grandes fortunas en Euskadi, que es complementario al de Patrimonio, más de lo mismo. Se va a aplicar un solo año y ya veremos. No lo tengo claro.

Y, mientras, Euskadi está a siete puntos de distancia de la presión fiscal media en los países europeos. Por lo tanto, espero que esa reforma fiscal anunciada por el Partido Nacionalista Vasco, con el apoyo del Partido Socialista de Euskadi, no siga manteniéndonos en ese vagón de cola de la Justicia fiscal. Sería muy triste. Sobre todo, me imagino para los nacionalistas, que España tenga que venir a sostener con sus impuestos los servicios públicos vascos, el gravamen a la banca y a las energéticas que no se va a traspasar. Ese impuesto que han querido ustedes rebajar nos va a dar a los vascos y a las vascas aproximadamente en dos años 400 millones.

Hay una realidad en Euskadi. Tenemos un Estado del Bienestar muy débil. Osakidetza tiene muy mala salud. Ahí tendremos las manifestaciones multitudinarias este fin de semana. Por lo tanto, necesitamos que todos arrimen el hombro. También aquellos que han obtenido beneficios  extraordinarios, escandalosos, en estos años.

Necesitamos asegurar a la ciudadanía vasca servicios públicos de calidad y para eso está nuestro autogobierno. Por lo tanto, necesitamos una reforma fiscal mucho más justa y más y mucho más progresiva. No queremos ser vagón de cola de la justicia fiscal. Queremos ser locomotora que tire de esa justicia fiscal más justa y más progresiva.

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